Ventajas del factoring para pymes y autónomos
19 de mayo de 2016
Por María Ruiz, de Activa Consultores (Gestoria en Sevilla)
El Factoring es una operación mediante la cual una empresa cede las facturas que haya generado por sus ventas a una compañía de “factoring” para que esta misma se ocupe de su gestión de cobro, pudiendo además solicitar un conjunto de servicios de carácter financiero, administrativo y comercial, entre los cuales se encuentra el pago anticipado de las facturas. Se trata de una de las modalidades de financiación más sencillas de obtener y que además genera muchos beneficios para las pequeñas empresas y los autónomos.
Esta fórmula de financiación es perfecta para paliar las situaciones de riesgo de impago o problemas derivados de los retrasos en el cobro de los clientes, ayudando así a conseguir la liquidez necesaria para las pymes y los autónomos. La situación de crisis económica que atraviesa España, ha supuesto que las entidades bancarias pusieran muchas dificultades a la hora de financiar a las pymes, lo que ha conllevado a que se potenciaran una serie de alternativas para conseguir financiación, y el factoring se posiciona como una de las más ventajosas.
Muchas pymes han potenciado, contra la crisis, actividades como la exportación y la internacionalización. Para poner en marcha un plan de expansión, suele ser necesario realizar inversiones, para lo que necesitarán liquidez. Es en estas situaciones en las que aparece una figura como el factoring de exportación, muy utilizado para paliar la incertidumbre que se suele generar en proyectos de internacionalización, sobre todo en empresas no acostumbradas a realizar ventas en el exterior.
Se trata de un contrato entre una empresa cedente y una compañía de factoring, en la que se establece una cláusula mediante la cual se ceden las facturas a la compañía de factoring para que las cobre. Algunos de los servicios que dicha compañía presta, son la gestión de cobro de los créditos comerciales, la financiación de los importes de las facturas hasta un porcentaje determinado, investigación comercial de los clientes, administración y control contable de las facturas cedidas, cobertura del riesgo del impago.
En función de esa cobertura del riesgo de impago, podemos llevar a cabo dos modalidades de factoring diferentes:
- Con recurso: La compañía de factoring o factor, no asume el riesgo por insolvencia, pudiendo actuar contra la empresa cedente de las facturas en caso de impago del cliente.
- Sin recurso: El factor se hace cargo del riesgo por insolvencia del cliente (concurso de acreedores), no actuando contra la empresa cedente si se produce impago. Ofrece una cobertura del 100%. Una de las ventajas más importantes del factoring sin recurso, es que podemos cobrar la factura a partir de su emisión.
Las compañías de factoring antes de ofrecer este producto, analizan con detalle la solvencia de los clientes que están obligados al pago de las facturas. Este sistema puede establecerse para todos los clientes de una empresa o sólo para una parte de ellos. Se referirá siempre a créditos comerciales a corto plazo que se ceden de forma continuada.
También podemos hablar de cuatro modalidades de factoring en función del momento del pago de las facturas al cedente:
1. Pago al cobro -> El factor abona las facturas a la empresa cedente cuando los clientes le pagan.
2. Pago al cobro con fecha límite -> El factor va abonando en medida que va cobrando, antes de una fecha límite.
3. Pago a fecha fija -> El factor abona las facturas en vencimiento fijo pactado, independientemente de si están cobradas o pendientes de cobro.
4. Pago anticipado -> El factor abona las facturas de forma anticipada, descontando un interés por proporcionar esta financiación.
Este artículo ha sido elaborado por Activa Consultores - Gestoria en Sevilla